miércoles, 9 de octubre de 2013

Wilber Venero Moya un joven que vive entre la ciencia y la naturaleza



Fue un día de mayo del 2011 cuando conocí a un joven de aquí de Songo - La Maya quien demostró que la ciencia y la técnica empleadas correctamente dan frutos, su nombre Wilber Venero Moya
Quizá él no recuerde a esta servidora haciéndole preguntas y prometiendo una visita a su finca enclavada en Lagunita, en cambio yo recuerdo muy bien todo lo dicho por este joven:
“Los materiales de desechos son la base fundamental de mis logros, ahí está el secreto”, ese mismo día fue reconocido durante el Primer Evento Territorial de Cultura Rural y Desarrollo Local.
 Agregó Wilber  que “Una producción sólida se alcanza con el empleo racional de los recursos naturales poniéndolos al servicio del hombre para que este a su vez obtenga beneficios y proteja el medio donde  vive”.
Una planta de biogás, una puretera, un multiarado, un ariete hidráulico y un horno eficiente nacidos del ingenio de este hombre de campo, hacen posible que la tierra dé lo mejor de ella a quienes la explotan racionalmente.
El mensaje final de Wilber Venero Moya, joven campesino de Songo - La Maya a quienes como yo tuvimos la posibilidad de asistir a ese Primer Evento Territorial de Cultura Rural y Desarrollo Local, “con el  empleo de recursos renovables se alcanzan mejores resultados pues estos pueden volver a emplearse una y otra vez obteniéndose siempre una mayor producción de alimentos y una vida más saludable”.

martes, 8 de octubre de 2013

Vicente Fernández Rodil: un hombre con magia en las manos



Hoy 8 de octubre es el día del Innovador en Cuba. Les propongo este trabajo de la colega Adriana Cisneros Fernández, dedicado a un incansable innovador de Songo - La Maya. 

Siempre creí que era un hombre grande, más allá de su alta estatura, pero me equivoqué, era más que eso, era inmenso, genial, único, imprescindible.
Su nombre es Vicente Fernández Rodil, llegó a este mundo hace 83 años en Firmeza, cerca de Baconao, nació con un don muy valioso, hacer magia con las manos. Pero de verdad, de esa que crea, arregla, innova, ayuda, empuja el porvenir y construye futuro.
La minería lo acompañó desde su primer día de vida y por muchos años. Pero su arte en la mecánica, aprendido por correspondencia, fue lo que marcó su paso por la historia de Songo - La Maya.
La Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) fue como su casa y segunda familia. La misión de Vicente dentro de ella como su segundo presidente en Songo - La Maya comenzó en el año 1981 elegido en la primera conferencia municipal.
Como activista en ese puesto estuvo hasta 1996 y como profesional hasta el 2005 en que se jubiló. Luego de 24 años de andar entre piezas, roturas, inventos, desvelos, pozos, calderas, fórum, molinos, ciencia...
Durante su mandato se hicieron 26 chequeos de emulación a nivel provincial y como municipio, con él al frente se obtuvieron 20 primeros lugares, 2 segundos y 2 terceros.
Como anirista sus huellas principales están en la Fábrica de Conservas de La Mina de Ponupo, con más de 7 certificados de autor por innovaciones destacadas que aun están ahí humanizando el trabajo, elevando la calidad y produciendo esas mermeladas que despiden el olor a guayaba o mango a metros de distancia.
También colaboró con su mano mágica en la tintorería de La Maya, los centrales Salvador Rosales y Los Reynaldo, el molino de piedra El Mucaral, el hospital psiquiátrico Gustavo Machín de Jagua, entre otros sitios.
Entre sus principales condecoraciones sobresalen las medallas Pablo Marrero, Jesús Menéndez, Hazaña Laboral, Vanguardia del Sindicato de la Alimentaria, las distinciones 25 y 30 años de la ANIR, 30, 55 y 60 de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), y otras como el Sello Conmemorativo 8 de octubre, Titanes de la ANIR y la condición de Vanguardia Nacional en más de 5 oportunidades.
Obtuvo varios reconocimientos de destacado y relevante en fórum de ciencia y técnica, Personalidad Destacada, fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias, delegado a los 5 Congresos de la ANIR y a varios de la CTC, entre otros muchos diplomas y certificados.
Era de esos hombres que no le importaba la hora para ayudar, por ejemplo, con el pozo de bombeo de la fábrica de conservas o cualquier otra avería, a veces repinchaba porque no cuidaban las cosas como el decía, pero nunca dijo que no cuando pedían su mano de apoyo.
Ya no respira, dejó de hacerlo el 13 de marzo de este año, pero está vivo, se recuerda, se menciona, se siente, porque los hombres como él son inmortales
Para muchos sus mayores virtudes estaban en la modestia, la sencillez, la humildad, la inteligencia, el carácter, la dedicación, la constancia, la consagración.
Para mí su mayor hazaña fue ser el hombre perfecto en el lugar y momento indicados para ayudar a Songo - La Maya a escribir una gran página de ciencia e innovación.
Mi mayor privilegio, poder escribir sobre él y levantarme cada mañana con el orgullo de que  Vicente Fernández Rodil sea sencillamente, mi abuelo.