Hoy 8 de octubre es el día del Innovador en Cuba. Les propongo este trabajo de la colega Adriana Cisneros Fernández, dedicado a un incansable innovador de Songo - La Maya.
Siempre
creí que era un hombre grande, más allá de su alta estatura, pero me equivoqué,
era más que eso, era inmenso, genial, único, imprescindible.
Su
nombre es Vicente Fernández Rodil, llegó a este mundo hace 83 años en Firmeza,
cerca de Baconao, nació con un don muy valioso, hacer magia con las manos. Pero
de verdad, de esa que crea, arregla, innova, ayuda, empuja el porvenir y
construye futuro.
La
minería lo acompañó desde su primer día de vida y por muchos años. Pero su arte
en la mecánica, aprendido por correspondencia, fue lo que marcó su paso por la
historia de Songo - La Maya.
La
Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) fue como su casa y
segunda familia. La misión de Vicente dentro de ella como su segundo presidente
en Songo - La Maya comenzó en el año 1981 elegido en la primera conferencia
municipal.
Como
activista en ese puesto estuvo hasta 1996 y como profesional hasta el 2005 en que
se jubiló. Luego de 24 años de andar entre piezas, roturas, inventos, desvelos,
pozos, calderas, fórum, molinos, ciencia...
Durante
su mandato se hicieron 26 chequeos de emulación a nivel provincial y como
municipio, con él al frente se obtuvieron 20 primeros lugares, 2 segundos y 2
terceros.
Como
anirista sus huellas principales están en la Fábrica de Conservas de La Mina de
Ponupo, con más de 7 certificados de autor por innovaciones destacadas que aun
están ahí humanizando el trabajo, elevando la calidad y produciendo esas
mermeladas que despiden el olor a guayaba o mango a metros de distancia.
También
colaboró con su mano mágica en la tintorería de La Maya, los centrales Salvador
Rosales y Los Reynaldo, el molino de piedra El Mucaral, el hospital
psiquiátrico Gustavo Machín de Jagua, entre otros sitios.
Entre
sus principales condecoraciones sobresalen las medallas Pablo Marrero, Jesús
Menéndez, Hazaña Laboral, Vanguardia del Sindicato de la Alimentaria, las
distinciones 25 y 30 años de la ANIR, 30, 55 y 60 de la Central de Trabajadores
de Cuba (CTC), y otras como el Sello Conmemorativo 8 de octubre, Titanes de la ANIR
y la condición de Vanguardia Nacional en más de 5 oportunidades.
Obtuvo
varios reconocimientos de destacado y relevante en fórum de ciencia y técnica, Personalidad
Destacada, fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias, delegado a los
5 Congresos de la ANIR y a varios de la CTC, entre otros muchos diplomas y
certificados.
Era
de esos hombres que no le importaba la hora para ayudar, por ejemplo, con el
pozo de bombeo de la fábrica de conservas o cualquier otra avería, a veces
repinchaba porque no cuidaban las cosas como el decía, pero nunca dijo que no
cuando pedían su mano de apoyo.
Ya
no respira, dejó de hacerlo el 13 de marzo de este año, pero está vivo, se
recuerda, se menciona, se siente, porque los hombres como él son inmortales
Para
muchos sus mayores virtudes estaban en la modestia, la sencillez, la humildad,
la inteligencia, el carácter, la dedicación, la constancia, la consagración.
Para
mí su mayor hazaña fue ser el hombre perfecto en el lugar y momento indicados
para ayudar a Songo - La Maya a escribir una gran página de ciencia e innovación.
Mi
mayor privilegio, poder escribir sobre él y levantarme cada mañana con el
orgullo de que Vicente Fernández Rodil sea sencillamente, mi abuelo.