Hasta cuándo las indisciplinas
sociales van a estropear lo hecho por una buena parte de los pobladores de este
terruño nuestro? Puede ser esta una interrogante que ahora mismo usted se haga
mientras hace alguna que otra cosa en su casa.
Y es que se habla y se vuelve a hablar
de un asunto que no solo pasa en esta tierra si no que está golpeando a la
sociedad cubana en su conjunto desde la punta de Maisí y hasta el Cabo de Antonio.
¿Ahora bien quiénes tienen
responsabilidad de frenar estas actitudes negativas? ¿Es sólo asunto del
gobierno? ¿Qué le toca hacer a las organizaciones de masas? ¿Estas desobediencias
podrán resolverse sin imponer orden y medidas drásticas?
En otros trabajos salidos al aire en
esta misma radio se han puesto sobre el tapete situaciones que pueden ser
solucionadas con solo aplicar lo que está establecido por resoluciones y leyes
que de cumplirse tal cual se dicen fueran evitables un grupo grande de indisciplinas.
Cito una indisciplina muy de moda hoy
en día en nuestros barrios y comunidades la música alta a cualquier hora del
día o la noche. ¿Cuánto molesta verdad? Y así mismo hay muchos que dicen “esta
es mi casa y por tanto hago lo que mejor me plazca”.
Ahí mismo perdería la razón quien así
obre pues que sea su casa no el da el derecho de abusar de sus vecinos sin un
mínimo de consideración y más si esto atenta contra su salud.
¿Sabía usted que cuando una persona se
expone a ruidos excesivos siente un chiflido en sus oídos que puede agudizarse
y causarle sordera permanente?
A esto habría que agregar que los
especialistas consideran que un sonido repentino de más de ciento cincuenta
decibeles es tan perjudicial como el de una explosión o un disparo llegando
incluso a perforar el tímpano de quien recibe la agresión.
Más allá de las dificultades en la
comunicación los ruidos excesivos impiden conciliar el sueño, alteran la
respiración, acelera el pulso y provocan taquicardias con el consiguiente daño
en el sistema cardiovascular.
Lo dicho hasta ahora puede parecer
exagerado pero no conoce usted más de un caso de este tipo en su radio de
acción? Vale destacar que no solo los vecinos están sintiendo esta agresión,
los propios familiares de los “divertidos DJs” también son afectados debido a
la cercanía de los mismos.
Soluciones a la vista? Muchas, es en
el barrio por donde debe iniciarse el enfrentamiento a las indisciplinas
sociales rectorados por las organizaciones políticas y de masas y los delegados
del poder popular dejando atrás la pasividad y la indiferencia hacia un
fenómeno que deja mucho que desear en el intento de continuar construyendo un
mejor país para todos.
Ahora bien es bueno recordar que a
esos ruidosos y molestos vecinos se les puede enfrentar imponiendo la ley
establecida, cierto es que todavía es escasa y nos toca ser fieles veladores
porque lo instituido sea norma.
Leyes como la 81 del 97 del ministerio
de medio ambiente prohíbe producir ruidos excesivos que afecten la salud o
dañen la calidad de vida de las personas e igualmente el decreto ley 141 de
1988 del Minint expresa que contraviene el orden público, perturbar la
tranquilidad de los vecinos con ruidos y celebrar fiestas en las casas después
de las doce de la noche exceptuando los sábados y domingos que pueden
extenderse hasta la una de la madrugada.
Ahora bien quién o quiénes son los
encargados de hacer cumplir con los establecido? Esto parece un asunto que cae
en saco roto o que se pronuncia para oídos sordos, a juicio mío hay una frialdad
total por quienes tienen ante si este reto.
Si tenemos en cuenta que las leyes
existen entonces lo que falta es ponerse de acuerdo y accionar según lo
establece la ley con prontitud, rigurosidad y apremio ante hechos que como ya
expresé lastran, entorpecen y afean nuestra nación.
Solo me resta decir que si cada quien
hace lo le toca el respeto, la naturalidad y el orden primarán en los barrios
de Songo – La Maya
y un poco más allá.
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