martes, 11 de junio de 2013

María Matos Martínez o la mujer de las señas



“Nunca imaginé que con este oficio iba a ayudar a tantas personas y menos que serviría de Celestina del siglo XXI”.
Fueron las primeras confesiones de esta songomayense que es intérprete de lengua de señas.
“Cuando me hablaron de la posibilidad de pasar el curso de intérprete, en un inicio temí pues veía esa profesión muy compleja. Imagínate tu expresarlo todo con las manos y los labios ahí van implícitos  sentimientos y estados de ánimo de quienes no pueden hacerlo a través de las palabras”.
Hace ocho años que María se ha vuelto imprescindible en las vidas de Reynaldo, Bella, Joaquín y tantos otros sordomudos de aquí de la tierra del León de Oriente quienes la ven como parte de la familia.
“A veces me juegan malas pasadas, pues nada más trate de imaginar una escena donde se molestan con otro sordomudo o una persona oyente como tu y yo, se sienten ahogados y yo soy la única vía de entendimiento, tengo que acopiar toda la paciencia del mundo y llevarlos a la comprensión”.
“Igual sucede cuando se enamoran y tengo que servirles de intérprete, es tener participación directa en esa relación amorosa, si fructifica me siento satisfecha, si son rechazados sufro tanto o más que ellos, porque siempre pienso que pude hacerlo mejor”.
“¿Momentos difíciles? Cuando me inicié, todavía no tenía práctica y me costó mucho trabajo acostumbrarme a ellos y a la vez que se adaptaran a mí.  Los más gratificantes ayudarlos a comunicarse, llevarlos a un centro laboral y que sean aceptados por todos sin prejuicios de ningún tipo”.
Hoy María camina las calles de su Songo - La Maya natal sabiendo que sus señas han calado hondo en la comunidad sordomuda de este pueblo y que reconocen en ella a la mujer de las señas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario